El representante sirio ante la ONU Bashar al-Yafari, asegura de que los sueños de Erdogan con respecto a la ocupación en Siria nunca se cumplirán.
Esto sucedió durante una viodeoconferencia ante el CSNU en medio de la cual expresaba éstas palabras:
“Algunos países, miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU), insisten en sus políticas hostiles hacia Siria, de modo que no desempeñen un papel constructivo para mejorar la situación de este país. Y debido a la presión de algunos Estados, el CSNU se ha convertido en una tribuna para la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) contra Damasco”
Esta palabras definen mejor que nada la crítica situación del país árabe, que está sufriendo la ocupación y presencia ilegal de EE.UU. y Turquía, además de atestiguar la destrucción de su infraestructura y el robo de sus recursos naturales, crímenes todos ellos protagonizados por estos Estados y sus propios aliados terroristas.
El representante sirio enfatizó que el CSNU debería tratar las principales razones detrás del conflicto armado en Siria para encontrar soluciones que restauren la estabilidad, mejoren la situación humanitaria y respalden los esfuerzos de Damasco y sus aliados para combatir el terrorismo.
Respecto a las aspiraciones del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, para ocupar partes de Siria, tal y como hizo Ankara con Chipre en 1974, alertó que “Siria nunca permitirá que algo así ocurra, incluso aunque Turquía contara con el apoyo de todos los miembros de la OTAN”.
Apenas comenzó la crisis siria en 2011, Turquía y EE.UU. intervinieron en este conflicto a través del apoyo a grupos de la oposición y otras bandas terroristas, con el único objetivo de derrocar el Gobierno del presidente sirio, Bashar al-Asad. No obstante, estos países no tuvieron ningún éxito, ya que Damasco, secundado por sus aliados, recuperó prácticamente la mayoría del territorio.
Viendo que habían fracasado de forma rotunda, Ankara y Washington recurrieron a otras medidas en Siria. Turquía decidió llevar a cabo una operación contra los kurdos en el norte del país, y así ocupó varias zonas sirias.
Mientras tanto, EE.UU., que dirigía una llamada coalición internacional contra el grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe), desplegó fuerzas en las partes norteñas del país ricas en petróleo para robar los recursos naturales de la nación árabe, tal y como reveló en su momento Rusia.
El Gobierno de Damasco ha denunciado una y otra vez la presencia militar ilegal de EE.UU. y Turquía en su suelo, así como su apoyo financiero, armamentístico y logístico a las agrupaciones terroristas.