Internacionales
La «muerte masiva» producida por el Covid en Ecuador y los miles de cadáveres que aun siguen desaparecidos
A tiempos del mes de Marzo Ecuador atravesaba la peor etapa del covid-19 que dio la vuelta al mundo, dando constancia recurrentes de cientos de muertes que a diario se vivía cuando este virus los asechaba de manera masiva.
El desastre que estaba causando esta pandemia hizo que se perdiera el control de los paraderos de miles de cuerpos fallecidos por el coronavirus, transformando la vida de los familiares en luto un momentos atroz.
Conoce la triste historia de Greta Encalada en Guayaquil donde da cada detalle de la búsqueda del cuerpo de su hermana tras su fallecimiento.
El viernes 20 de marzo, María Dolores Encalada, de 46 años, quien se desempeñaba como guardia de seguridad en Guayaquil, capital de la provincia de Guayas (Ecuador), estaba en su trabajo, en el sector de la Playita del Guasmo, cuando ya en el país regían fuertes medidas de restricción para contener el avance del nuevo coronavirus.
La mujer esperó el relevo de su guardia, pero hubo un retraso y este se hizo tres horas después de lo previsto, cuando ya estaba en marcha el toque de queda que prohibía la circulación en la ciudad, cuenta, en entrevista con RT, Greta Encalada, su hermana.
«Mi hermana caminó desde la Playita del Guasmo hasta el Policentro (alrededor de 15 kilómetros), llega cansadísima, agotada, extenuada, porque estaba todo cerrado, ni siquiera había para comprar una botella de agua», relata. Esa misma noche, un policía pasó y, al ver a María con el uniforme, se ofreció ayudarla y la adelantó hasta el parque Samanes, a 9 kilómetros más. Desde ahí, Encalada inició la caminata del trecho que le faltaba (unos 3 kilómetros) hasta su vivienda, ubicada en el barrio Los Vergeles, y otra señora que la reconoció la transportó hasta su domicilio.
Dos días después, María estuvo en casa de Greta. «Me dice: ñaña (hermana) no me he sentido bien, me siento como agotada», cuenta su pariente, que revela que estaba caminando muy despacio.
«No era su problema»
El lunes 23 de marzo, María fue a su trabajo y en el lugar se le bajó la presión arterial. Pidieron ayuda y la trasladaron a su domicilio. «Del 24 al 25, ella comenzó con vómito, diarrea y no paraba, se comenzó a desvanecer, deshidratarse», cuenta su hermana, quien señala que no encontraban, ni en las farmacias, algún medicamento para asistirla, por lo que tuvieron que hacer un «suero oral casero». Llamaron al 911, pero no les enviaron una ambulancia ni encontraron auxilio en otras personas, porque nadie quería movilizarla por el temor al coronavirus.
Al ver el agravamiento, su único hijo, de 23 años, continuó buscando ayuda, se acercó a un par de policías que encontró. «Le dijeron que ese no era su problema», narra Greta.
Recién a las 10:00 de la mañana del jueves 26 de marzo llegó la ayuda que enviaron, tras las insistentes llamadas de auxilio. Pero fue una camioneta doble cabina que no tenía ningún tipo de implementos, como un respirador, para prestar la asistencia. La subieron al auto y la llevaron al Hospital General Universitario de Guayaquil, pero no les permitieron ingresar, así que se dirigieron a la Maternidad Mariana de Jesús (Marianitas), donde salieron dos médicas a darle auxilio, pero ya era tarde, María había fallecido.
Las médicas, cuenta Greta, les dijeron que el lugar estaba colapsado y que debían regresar con el cadáver a su domicilio. «Pónganla en una sabanita, ya no la toquen, porque se pueden contagiar», fue la recomendación.
«Ya usted no se puede acercar al cuerpo»
Una vez en la casa, comenzaron la búsqueda de una funeraria para hacer los trámites para su inhumación, pero llegaron más obstáculos. Lo único que consiguieron fue que le aplicaran formol al cuerpo de la fallecida.
«Son unos canallas, esa es la palabra, han abusado de nosotros», dice Greta, al relatar la actuación de las personas de los servicios funerarios, que cambiaban los precios constantemente —llegaron a pedirle 2.800 dólares por un ataúd— y no le garantizaban un nicho ni la cremación, debía hacer cola en el cementerio hasta conseguir algo, puesto que a la fecha, ya había colapsado el sistema funerario en la urbe. El drama se repetía en otras familias.
Por eso decidieron informar al 911 del deceso e hicieron el papeleo que conlleva este acontecimiento por su cuenta. Dos días después, el sábado 28 de marzo, a las 14:30, llegó el personal de criminalística para hacer el levantamiento del cadáver.
Los funcionarios informaron a Greta que el cuerpo de su hermana sería trasladado a la morgue del Hospital General Guasmo Sur. Uno de ellos le comunicó: «hasta ahí llega mi custodia, de ahí en adelante, yo no me hago responsable de nada».
Ante eso, Greta decidió tomarle una fotografía al cuerpo de su hermana, ya dentro de la bolsa mortuoria, donde se podía ver el nombre y un código. Los funcionarios, que ya salían con el cadáver, le recalcaron: «Espere que la llamemos, como este es un caso probable de covid-19, posiblemente sea cremada o le darán sepultura, pero ya usted no se puede acercar al cuerpo». Fue la última vez que vio a su hermana.
¿Dónde está?
Greta recibió después la llamada. Le informaron que su hermana sería inhumada en el cementerio de Pascuales.
Tras un tiempo, ingreso a la página web que habilitó el Gobierno, donde se ingresan los datos de la persona fallecida y le indica el lugar de sepultura; sin embargo, no reflejó nada sobre su hermana María.
Además del 911, las autoridades también pusieron a disposición de los afectados un número telefónico, el 099 446 1851, por el que se podían comunicar a través de WhatsApp. A ese contacto escribió Greta y la respuesta obtenida fue: «Señora, lamentablemente, como su hermana no aparece en el sistema, es posible que esté en las morgues móviles que están en Criminalística».
«Eso fue ya demasiado para mí. ¿Cómo es posible que nos digan una cosa y sale otra? ¿Porqué nos engañan? Uno creyendo en la casa que ya a mi hermana le han dado cristiana sepultura y la han tenido amontonada ahí con todos los cadáveres, es una farsa, han jugado con nuestra sensibilidad, con toda la familia», se lamenta.
Hasta ahora, el cuerpo de María no ha aparecido. «Para mí, es doloroso no saber dónde está», menciona su hermana y dice que la familia ha seguido el proceso que le han indicado las autoridades, brindando información sobre las marcas, lunares y otros distintivos visibles que tenía la fallecida. Han hecho la revisión de huellas dactilares y lo último que hicieron fue tomar sangre a su mamá, una persona con discapacidad, el martes pasado, para hacer la prueba de ADN y tratar, con ello, de ubicar al cuerpo.
Hasta el momento, esta familia tampoco ha recibido la ayuda psicológica que les prometió el Gobierno.
«216 cadáveres»
La situación que atravesó Guayaquil esos días, que se extendió durante abril, fue desastrosa. Cientos de personas fallecieron en sus viviendas, en las calles y se sumaron a los miles que murieron en los centros hospitalarios. Quienes tuvieron suerte, lograron dar sepultura a sus familiares, tras días de búsqueda de los cuerpos, como el caso de Silvia, quien tuvo que ingresar al Hospital del Guasmo Sur, caminar entre cadáveres en descomposición hasta dar con los restos de su padre.
Pero no todos pudieron hacerlo. El drama de los Encalada se repite en otras cientos de familias. El pasado 10 de junio, el Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos (CDH) de Guayaquil publicó un informe sobre el extravío de cuerpos durante la crisis sanitaria, y hacen referencia a 76 cadáveres que no se han encontrado —25 fallecieron en hospitales y 51 en sus hogares—, tras recoger los datos proporcionados por las familias, explicó Billy Navarrete, director de esta instancia.
Sin embargo, los números de la CDH se quedan cortos. Durante una audiencia judicial de acción de protección, que solicitó la Defensoría del Pueblo sobre este tema, las autoridades del Servicio Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses y el Laboratorio de Criminalística de la Policía Nacional reconocieron que tienen 216 cadáveres en contenedores, cuya identidad se desconoce.
«Están siendo sometidos al proceso de identificación que, al menos, conocemos que tiene tres partes», dice Navarrete y explica que la primera es identificación visual (estatura, tatuaje, prótesis dental, algo característico del fallecido). La segunda es la huella dactilar y, por último, la prueba de ADN.
Esta semana, Freddy Herrera, coordinador de Medicina Legal, informó que el pasado lunes comenzó la entrega de cadáveres, con 17 ese día; otros 14 el martes, 12 el miércoles y 14 más el jueves.
«Se rompió la cadena de custodia»
Navarrete señala que el extravío de los cuerpos ocurrió porque «se rompió en los hospitales, específicamente en las morgues temporales, la cadena de custodia […] la pieza que nos debió asegurar la identificación de estos cadáveres».
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«Teníamos tanta indignación acumulada» Hablaron los peruanos que rechazaron a Boluarte en Europa. VIDEO
La llegada de Dina Boluarte a Europa, no solamente ha generado las protestas en su contra, en el caso de Italia, logró unir al grueso de la comunidad de peruanos residentes en dicho país, muchos de ellos viajaron desde distintas ciudades e incluso de países cercanos, con la única finalidad “de repudiar” a la “asesina”.
Pero el costoso viaja de Dina Boluarte y su numerosa comitiva, a Alemania e Italia, no solamente ha generado las críticas el amplio sector social que la rechazan a nivel nacional, las usinas afines al régimen, también han criticado el periplo boluartista al viejo continente.
Y es que, mientras casi todos los mandatarios de la región y el mundo enviaron sus aviones para evacuar a sus ciudadanos de Israel ante conflicto con Hamás, Boluarte priorizó su viaje a Alemania e Italia, donde finalmente fue recibida por el papa Francisco, cuya foto ha inspirado millones de memes.
En dialogo con el programa “Hablemos a ver que pasa” de Ecos Latinos, algunas de las personas que participaron de las protestas en Alemania e Italia, narraron sus experiencias frente a la llegada de Boluarte y su séquito que ha costado más de un millón de Soles. (VER VIDEO)
El dato: Dina Boluarte viajó con Roque Benavides. Roque le alquila camiones al esposo de Patricia Benavides. (Gino Román) (VER VIDEO)
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«Derrotaremos a este gobierno genocida» Orlando Sanga (CONULP) sobre «3ra toma de Lima»
Orlando Sanga Yampasi, dirigente del Comité Nacional del Lucha del Perú (CONULP), llamó a la unidad del pueblo peruano de cara a las futuras manifestaciones a fin de “derrotar al gobierno genocida”.
En dialogo con Ecos Latinos, el dirigente nacional del CONULP, detalló las coordinaciones de los diferentes frentes sociales y políticos que se vienen realizando a nivel nacional con la finalidad de ponerle coto al perverso régimen encabezado por Dina Boluarte en Perú.
Así mismo, se refirió a los puntos de la plataforma de lucha para este 19 de Julio y la exclusión del pedido de restitución del ex presidente Pedro Castillo. En ese sentido, Sanga señaló que su comité no se ha pronunciado al respecto, y señaló a sectores afines a Dina Boluarte como la CGTP y partidos políticos por la exclusión del punto en el reclamo, y los tildó de traidores al pueblo.
Sanga, a quien el Ministerio Público le ha abierto carpeta fiscal por supuestos delitos de terrorismo, denuncio la feroz persecución política que el régimen Boluarte ha desatado en contra de los dirigentes sociales. Mira toda la charla aquí.
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Juntan firmas para recuperar la democracia en Perú.
El Fórum de la Democracia, espacio que analiza y defiende el Estado de Derecho en América latina, lanzo una petición para recuparar la demcocracia en Perú a través de la plataforma change.org. Hasta la fecha, 12 300 personas han firmado además, por la «Libertad y Restitución del Presidente Pedro Castillo»
De acuerdo a los peticionantes, la iniciativa busca además «observar el grado de incidencia popular en sus manifestaciones que tienen como propósito rescatar la democracia a partir del Golpe de Estado que se perpetuó en el Perú, ocupando Dina Boluarte la casa de gobierno».
Así miso, consideran que los paso que pasó en Perú el pasado 07 de diciembre de 2022 fue «Un golpe cívico-militar, instalado con crímenes de lesa humanidad, asesinatos, torturas, traiciones, persecuciones políticas, encarcelamientos, racismo, violencia y todo tipo de agresiones[…] Parte de un terrorismo de Estado.
Entra aquí para firmar la petición.