«… es condenable el papel negro que vienen cumplimiendo esos partidos que usan ladinamente el lenguaje de pueblo hablando de socialismo humanista, libertario y cristiano».
Mika Ruiz
El pueblo peruano está combatiendo contra un gobierno de facto, impuesto por el congreso golpista, lacayo a los intereses del imperialismo y de los que mandan y explotan en el país. Estos llevan adelante la militarización porque quieren mantener esta falsa ‘democracia’ y real dictadura genocida, la defienden a como dé lugar, quieren más reaccionarización, más dictadura y negación de derechos contra el pueblo. Persiguen a los disidentes políticos, a los dirigentes y luchadores sociales, levantados desde hace más de nueve meses, catalogándolos de ‘delincuentes terroristas’ y se les encarcela y asesina por oponerse al status quo que ellos defienden, criminalizan los derechos constitucionales y no quieren en absoluto la presencia y participación del pueblo en el ejercicio del poder del Estado.
Este Congreso, copado de fuerzas oscurantistas, ciego y sordo a los requerimientos del soberano, prosigue legislando a espaldas y contra el pueblo y la nación peruana, dando leyes que privatizan la educación, la salud, entregando los recursos naturales a las transnacionales, recortando más derechos laborales y sociales y criminalizando la protesta popular. En pocas palabras prosigen el camino neoliberal hasta el 2050.
Si bien todos los ciudadanos peruanos, de manera individual u organizado en un partido, tienen derecho a la participación política, pero en estas circunstancias en las que está en juego la lucha del pueblo peruano y su perspectiva, porque precisamente le son vedados todos esos derechos, es condenable el papel negro que vienen cumplimiendo esos partidos que usan ladinamente el lenguaje de pueblo hablando de «socialismo humanista, libertario y cristiano», como “Perú Libre”, el “Frente Magisterial” y la llamada izquierda caviar entre otros golpistas antipueblo, corresponsables del genocidio de más de 70 hijos del pueblo, y que hoy cogobiernan sin pudor en ese parlamento que no representa a nadie.
Es deber de todo aquel que se considere hijo del pueblo, aprestarse a la lucha de deslinde y combate al oportunismo colaboracionista político de la gran burguesia capitalista neoliberal. Usan la lucha del pueblo, la sangre derramada, la persecución, la cárcel para traficar con afanes electorales de grupo o personales.
¿A qué responde la presencia en Paris de la señora Kelly Portalatino, parlamentaria del partido político “Perú Libre” en la “Fiesta de la Humanidad“? ¿Viene para impulsar o a desarrollar la lucha del pueblo peruano en el extranjero? ¿Viene para condenar la nefasta alianza de su partido con la más conservadora ultraderecha peruana? A todas luces NO. La congresista Kelly Portalatino se suma a la lista de personajes como la señora Verónica Mendoza del partido Nuevo Perú, la ex-congresista Indira Huilca, y otras como Margot Palacios, congresista perulibrista, que a principios de este año realizaron su gira europea, para limpiarse el rostro, propagandizarse y auspiciar su campaña electoral. Usaron y usan densa demagogia para confundir entendimientos, doblegar voluntades, generar bamboleos y acentuar derechismos conciliadores en las propias filas del pueblo en estas partes del viejo continente, para muestra allí tenemos a la filial de los Inka Perú, en Florencia-Italia. ¡Están emplazados!
Es hora de deslindes y definiciones, y no basta decirlo una vez sino cien veces, no basta decir a pocos sino a muchos. El sectarismo y el hegemonismo dividen y conspiran contra la acción unitaria y común que es cada día más necesaria y urgente pues la perspectiva del levantamiento popular está en juego.
En palabras de José Carlos Mariátegui «Pienso que hay que juntar a los afines, no a los dispares. Que hay que aproximar a los que la historia quiere que estén próximos. Que hay que solidarizar a los que la historia quiere que sean solidarios. Esta me parece la única coordinación posible. La sola inteligencia con un preciso y efectivo sentido histórico».
Por último, el pueblo no olvida el costo. El haberse “atrevido” a levantar como una marea humana en todos los rincones del territorio patrio contra el capitalismo neoliberal y sus sostenedores, exigiendo Asamblea Constituyente para nueva Constitución, ha costado la vida de más de 70 peruanos, cientos de encarcelados, torturados, desaparecidos y perseguidos que no debe quedar impune. Hasta hoy se ven pancartas de todos los tamaños: NO a la impunidad del genocidio, sanción a los responsables y sus cómplices, libertad al profesor Pedro Castillo y a los Presos Politicos. ¡Al pueblo peruano le pueden arrebatar todo, menos la dignidad, ni la memoria!